Crítica de El Acusado

 Crítica de El Acusado

Nosotros somos los jueces

Ivan Attal, director israelita-francés, sorprendió en el año 2021 estrenando una película acerca de la necesidad del consentimiento y su importancia para no dar por hecho determinadas situaciones. Con la explosión del MeToo, sucedieron una prolífica lista de films que trataban el tema del “no es no” y el silencio sobre el abuso hacia las mujeres en diversos ámbitos.

Entre ellas, la que nos concierne, El acusado nos aporta dos puntos de vista de la historia de la supuesta violación de Alexandre Farell (Ben Attal) hacia Mila (Suzanne Jouannet), de la que no sabemos nada. El director nos oculta la realización de este delito para que, a partir de la denuncia que pone en comisaría la chica, seamos nosotros mismos los que decidamos quién está mintiendo.

el acusado yvan attal

Desde la óptica de Farell, piensa en todo momento que la situación fue consentida y que Mila no dio en ningún momento señales o indicios de no querer seguir con ello. Por otro lado, ella afirma que fue coaccionada y que se acabó sometiendo a todo para que acabara lo antes posible.

Ivan Attal ofrece la visión de las dos partes de una manera muy detallada e intimista, se palpan los momentos de vergüenza y rabia de cada uno de ellos al relatar los sucesos de aquella noche cuando los policías les toman declaración. Ambos son tan creíbles en sus papeles que de primeras no sabes a quién creer en realidad.

el acusado ben attal


Además de la visión de los protagonistas, observamos la desesperación e incredulidad de los padre de Alexandre y el cómo comienzan a buscar abogados para defender la inocencia de su hijo. Los Farel son personajes conocidos de la televisión y política, y buscan un buen abogado. Este abogado es el que cuenta y explica, tanto a los padres como a nosotros los espectadores, el desarrollo de un juicio donde entran en juegos las cuestiones de la agresión, el abuso y el no consentimiento.

En definitiva, lo único que quieres que llegue es el momento del juicio, para que expongan los hechos ante los jueces y formar tú mismo tu propio veredicto.

La primera parte del juicio es una exposición de muestras, hechos y pruebas de psicólogos que han tratado a ambas partes; declaraciones de familiares, amigos y antiguos conocidos de Farell con el fin de que el jurado conforme la personalidad del denunciado y poder tomar una decisión. Obviamente, en esta parte todo son palabras bonitas hacia el denunciado, donde su madre Claire (Charlotte Gainsbourg) realiza un discurso conmovedor y digno de creer que su hijo no ha cometido tal acto. En cambio, cuando es el turno de que el padre declare, se entrevé su forma de ser y el tipo de figura paterna machista de la que nos hace pensar que Alexandre ha podido heredar algo.

el acusado Charlotte Gainsbourg

La segunda parte del juicio, son las preguntas de los abogados hacia las partes. En concreto, la parte que más llama la atención son las preguntas hacia Mila. Son inconcebibles las cuestiones que la hacen del tipo: “¿Te parece atractivo el acusado?” o la importancia que Alexandre Farel le da a si tuvo un orgasmo cuando pasó aquello. Recuerda al juicio de la película El último duelo, en donde se opina constantemente del orgasmo que tuvo la víctima de la violación, y que por ello se había quedado embarazada. En todo momento, la reprochaban que, si había disfrutado, no había sido violación. Como quieren dejar ver en esta misma película.


Por otro lado, también recuerda a los últimos capítulos de la serie Alba, cuando se juzgan a los cuatro supuestos violadores de la protagonista. Ahí la defensa de los acusados, se centraba en buscar cualquier mínimo hecho del pasado de Alba para ponerla en entredicho y buscar alguna justificación de que era una “buscona”. Algo similar podemos apreciar en El acusado cuando la preguntan a Mila si era virgen o no, con cuántas personas había mantenido relaciones sexuales… Como si sus respuestas tuviesen relevancia para saber si está mintiendo cuando denunció a Alexandre.

La tercera parte del juicio son los alegatos. Llama mucho la atención la actuación de los abogados defensores de ambas partes. Para quienes nunca han estado en un juicio de verdad, es como si presenciaras una obra de teatro; defienden a sus clientes utilizando una dialéctica que toca la fibra sentimental metiendo las luchas sociales, con las palabras más oportunas para hacer ver que su defendido es el que lleva la razón. Una retórica que en ocasiones me parece exagerada y hasta cargante.

Durante el desarrollo del juicio, se van intercalando imágenes de la fiesta en la que estuvieron Alexandre y Mila antes de que todo pasara. Hay escenas en las que parece hasta romántico: cuando van juntos en el metro y están compartiendo cascos para escuchar música y se intercambian miradas... Después, cuando salen los dos de la casa donde se hace la fiesta para tomar el aire, y van caminando juntos... El comportamiento del chico no tiene nada de dominante.

el acusado abusos sexuales


Hay otros momentos en los que te hace pensar que la chica está mintiendo, y que de verdad sencillamente hubiera bastado con decir no. A ojos de los conocidos del acusado, Farel parece una persona incapaz de hacer algo así, es una persona educada, con estudios, sin historial delictivo… Pero luego hay frases y situaciones que ves en la película, que cada vez te hacen dudar más de lo que estabas pensando antes.

Da la sensación de que Ivan Attal ha estado presente en juicios de este tipo y ha cogido ideas para crear un guion magistral y tan bien elaborado, una puesta en escena idónea y elegir unos actores increíbles en su interpretación.

El acusado también te hace pensar en el complicado trabajo que tienen las personas que forman parte de un jurado a la hora de realizar veredictos. Si nosotros viendo esta película, hemos cambiado de opinión como cuatro o cinco, ellos estarán haciendo esto todos los días. No me quiero imaginar si tendrán resentimientos o culpabilidad de sin han decidido lo correcto o no cuando vayan a irse a dormir.

Admiro al director por exponer un tema tan arriesgado en los tiempos del MeToo, por ofrecer una mirada aséptica en donde no se decanta por un lado ni por otro. Realiza una película donde nos expone todas las pruebas y pretende que nosotros seamos los que juzguemos y decidamos quién dice la verdad. Y en realidad, en muchas ocasiones no se da al acusado la presunción de inocencia. Damos por hecho que la denunciante dice la verdad, arrestan al denunciado, su nombre puede salir o no a la luz en los medios y hasta que no salga el juicio, se piensa que es un violador. 

Para terminar, ¿alguien se ha dado cuenta que los posters de El Acusado y Vencedores o Vencidos (Los juicios de Nuremberg) comparten muchos elementos?



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