Crítica de Omen
Crítica de Omen
Historias de brujas y hechiceros
Omen, la ópera prima de Baloji, puede definirse como una revisión a la idiosincrasia del país originario del director. Él mismo, considera Omen como una especie de autobiografía porque ha reflejado algunas de sus experiencias en uno de sus protagonistas: "En suajili, mi nombre Baloji significa hechicero,[...] Es como ser llamado Diablo o Demonio en Europa. Así que debido a mi nombre, y porque la gente solía etiquetarme como hechicero, siempre me ha fascinado la brujería...", cuenta el director en una entrevista. Omen captó las miradas en el Festival de Cannes, Sitges y representó a Bélgica en los Óscar por la Mejor Película Internacional.
El Congo en su máximo esplendor
En Omen, nos
adentramos en las profundidades de El Congo por la visita de
Koffi a su familia para presentarles a su mujer embarazada de gemelos. Baloji muestra
El Congo en su máximo esplendor en formato documental; nos acerca a
la realidad de las calles de una localidad congoleña, con las carreteras
abarrotadas de vehículos y vendedores ambulantes.
El guionista y director
hace hincapié en una escena con plañideras ya que las muestra durante unos 5
minutos llorando, con una música de fondo caótica y una luz aterradora. Una
escena realizada con mucho esmero para transmitirnos la sensación de abandono
total que va a sufrir una de las protagonistas de la historia.
Las 4 historias de brujas y hechiceros
Baloji nos muestra las
organización de esta ciudad de El Congo a través de 4 historias: Koffi, Makuli, Paco y Stata.
Cada personaje aporta un valor significativo de lo que viven allí.
De Koffi, quiere
enseñarnos el notable repudio de su familia hacia él por tener una marca de
nacimiento en la cara, de la cual piensan que tiene una especie de maldición.
La historia de Paco es
una de la más interesantes: un adolescente que siempre lleva un vestido rosa en
recuerdo de su hermana fallecida. Su único fin es la supervivencia entre las
bandas que luchan por los territorios. El actor que interpreta a Paco es increíble,
llena la cámara de manera cautivadora. Para mi gusto, podría haber desarrollado
la manera en que Paco y su hermana perdieron a sus padres, y no solo mostrar
cómo perdió a ésta.
Una estética y música mágica
En la mayor parte de la
película, el tratamiento de la imagen es bastante simple ya que no
posee efectos especiales apreciables. Lo que destaca en Omen es
el vestuario de los niños que forman las bandas callejeras, cada uno con un
estilo particular para subrayar las diferencias entre ellos; de las
bandas de música andantes y el atuendo de los ciudadanos en días festivos.
Las asociaciones
de colores: en el personaje que más lo apreciamos es en Paco, que lleva el
color rosa por bandera porque aún no olvida la muerte de su hermana. Y en el
momento que la puede decir adiós, despide también al color rosa.
La música también juega
un papel importante. El director de Omen es músico y en su
ópera primera da protagonismo a este recurso. En cada historia introduce una
música concreta para que relacionemos emociones distintas en cada personaje.
Aparte de la música
extradiegética, la música diegética cumple la función de
realzar las acciones que están llevando a cabo. Por ejemplo, cuando la banda de
Simba quiere destruir el autobús en donde vive el grupo de Paco, esa demolición
va acompañada de una banda de músicos que trae Simba para jactarse y acentuar
su victoria.
Conclusión de 'Omen'
Baloji nos habla en Omen del atraso
social de su país: apreciamos en todo momento las férreas tradiciones
familiares, las supersticiones en El Congo, la creencia aún vigente en los
curanderos que sanan todo tipo de enfermedades y los hechiceros que echan
maldiciones.
Es bastante notable
el mensaje a favor de la igualdad de sexos que quiere
difundir. Allí las mujeres que quieren tener el control sobre su propio cuerpo
son vistas como raras, y las mujeres que contraen matrimonio pasan una vida muy
dura, como si aún vivieran en el siglo pasado.
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