Crítica de Lee Miller
Crítica de Lee Miller
Un biopic mal aprovechado
Kate Winslet se
restriega las botas sucias de tierra en la alfombrilla del baño del Fuhrer y se
mete en su bañera, para imitar la famosa fotografía que apareció en la Vogue
americana al final de la Segunda Guerra Mundial. La actriz estadounidense inmortaliza
así una de las imágenes más polémicas de la fotógrafa Lee Miller y protagoniza
la ópera prima de Ellen Kuras, quien lleva la dirección de la película sobre la
figura de esta exmodelo y reportera de guerra: Lee Miller.
A través del
trabajo fotográfico de diez años de Lee Miller, el film narra los acontecimientos
más relevantes y valiosos en la vida de la exmodelo, teniendo como hilo
conductor una entrevista que hace un periodista a una Miller de edad avanzada.
Cada fotografía es un momento que ella vivió y Kuras muestra la posible
historia previa a esa captura de realidad: cómo consiguió las fotos de los
cuerpos famélicos en los campos de concentración; dónde se encontraba cuando
cogieron a una colaboracionista; cómo capturó el miedo en los ojos de los
prisioneros o los soldados desmembrados en las unidades hospitalarias.
Lo más
significativo del trabajo de la directora es eso: la imagen. La película tiene
una concordancia lumínica según el momento social que se estaba viviendo: una
imagen iluminada y bella que evoca a los momentos de alegría, llegada de
artistas emergentes y nuevas artes que se vivía en los años 30 en París;
contrastes de claros y oscuros que reflejaban la paulatina llegada de la 2ºG.M.
a Londres en los años 40; o la devastación y destrucción que provocó este
conflicto bélico en tonos lúgubres y apagados a finales de los años 40. Es
evidente el pasado de la directora como directora de fotografía (Olvídate de mí,
Un pequeño caos…) porque en este aspecto es donde más ahínco ha puesto, en
detrimento de otras áreas como en el guion, donde llega a perder interés una
historia que podría haber ahondado más o arriesgado más en las formas. Excepto una de las escenas del principio de la película: unos amigos
franceses de Lee Miller bailan delante de un proyector en el que ven las
noticias, y sobre ellos aparece un visionado de los adeptos que está ganando
Hitler en Europa y su ascenso social y político. Esta escena anuncia la llegada
del caos, la guerra pronto caerá sobre Francia y estos amigos de Lee Miller
sufrirán las consecuencias.
La dominancia
de planos simples y estáticos contribuyen a que sea una película que se limita
a contar el fondo, y no intentar por otro tipo de métodos que la historia y la
experiencia cinematográfica sea más interesante. A excepción también de una
escena en la que Miller se encuentra en plena batalla y la cámara se tambalea,
el objetivo se vuelve borroso y se escucha un pitido, como si el espectador
también se encontrara en la contienda, pero el resto del metraje es monótono
por la poca originalidad y no llega a dar la sensación de que descubramos nada
nuevo de la vida de Lee Miller.
Lee Miller podría haber aportado otro enfoque más que el de un biopic llano
y sin personalidad, ya que esta producción estaba llevada por la misma Kate
Winslet y quien ha tomado decisiones en cuanto a localizaciones y/o actores. Pero
se queda en una biografía sin sustancia donde lo impactante se ve de manera muy
superficial y es ahí donde la historia de Lee Miller habría cautivado más: los
momentos tensos en las zonas de guerras o explorar más detenidamente la captura
de uno de sus amigos franceses.
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